sábado, 20 de febrero de 2016

Desaparecido en Lyon.

I

Alrededor de las siete de la tarde el móvil vibró un par de veces e, inmediatamente después, emitió un largo y sonoro pitido. Adela, que en ese momento se disponía a guardar la ropa que acababa de planchar, con un ágil giro de cintura desvió su trayectoria y se dirigió hacia donde se encontraba el terminal.
Se detuvo junto a la mesa del salón y, sin soltar la cesta de mimbre que transportaba con ambas manos, miró durante un momento la pantallita azul aún iluminada. El icono con forma de sobrecito parpadeaba, indicando que un SMS acababa de recibirse.

domingo, 7 de febrero de 2016

El entierro del siglo.



Pepe Paco, entre otras cosas innombrables, era un tarambana, un manirroto y un vicioso empedernido. No sabría deciros si invertía más tiempo rondando en paños menores por los pasillos del lupanar de su amiga Mati, o meneando naipes y escanciando chatos en el local de enfrente, al otro lado de la Plaza del Altozano, en el bistró de Fifí, una pequeña y acogedora taberna regentada por un conocido gabacho al que todos conocían por el apodo que le colocó Don Benedicto Mariano de los Santos Iglesias, el párroco de Santa María del Bombo, jesuita y políglota a la sazón, que fue quien le endilgó al galo, nada más verlo por primera vez, el sobrenombre de  Pierre le Faggot, para los amigos Fifí.